Equipos históricos (2): 91-92, el año que todo salió mal

En nuestro segundo capítulo de equipos históricos voy a satisfacer la petición que algunos de vosotros me hicisteis en la primera entrega del serial y hoy recordaremos la plantilla de la temporada 91-92, el año de uno de los descensos más increíbles de la historia del Mallorca porque como veréis se contaba con una plantilla espectacular que además se mejoró muchísimo en el mercado de invierno. ¿Qué pasó? Que todo salió mal. De principio a fin. Vamos con ello.

El Mallorca despidió la temporada anterior, la 90-91, como subcampeón de la Copa del Rey tras haber llegado a la primera final de su historia. Nada más apagarse los focos del Bernabéu se confirmó lo que era un secreto a voces, el fichaje de Nadal por el Barcelona a cambio del pago de su cláusula, 225 millones de pesetas, la cantidad más alta recibida jamás por el club a cambio de uno de sus futbolistas.

Dada la absoluta importancia de Nadal en el equipo, la directiva presidida por Miquel Contestí dio luz verde a una inversión suficiente para fichar a un futbolista de envergadura capaz de sustituirle con ciertas garantías. El elegido por Serra Ferrer era el centrocampista de Osasuna Iñaki Ibáñez, un jugador de características físicas parecidas a las de Miquel Àngel. Sin embargo su club se negó en redondo a a traspasarle y fue necesario acudir al segundo de la lista, el delantero centro gaditano Jose González, de 25 años, que había marcado 7 goles en la anterior temporada. Curiosamente la intención de Serra era reconvertirle a centrocampista porque consideraba que tenía las condiciones necesarias para triunfar en esa demarcación. El Mallorca pagó 75 millones de pesetas por Jose, estableciendo un nuevo récord en la historia del club.

La final de Copa, sin embargo, no sólo supuso el adiós esperado de Nadal, sino que también se perdió a dos de las perlas de la cantera mallorquinista, los jóvenes Del Campo y Marcos, a los que fichó el Sevilla con malas artes. En el caso de Del Campo, con un cambio de residencia. En el de Marcos, previo pago de una cláusula muy baja. Aquella actitud del Sevilla provocó un profundo malestar con el club hispalense que llevó incluso a romper relaciones durante varios años.

Además de Nadal y los dos canteranos, otros jugadores históricos abandonaron la plantilla. Claudio Barragán fue traspasado al Deportivo, recién ascendido a Primera, y también se marcharon Guillermo y Calderón. Para sustituirles llegaron a la isla los defensas Sergi, Villena y Herrera, todos del FC Barcelona, y el delantero centro uruguayo Peter Méndez, que venía de marcar tres goles en la Copa América y por el que se pagaron 45 millones de pesetas.

Sobre el papel la plantilla parecía solvente: defensas jóvenes con proyección, con Fradera como mariscal de campo, Jose en la media punta haciendo de Nadal y Peter Méndez y Hassan Nadder peleando por el puesto de delantero centro. Con Álvaro en una banda y Vidal en la otra, con la proyección de Paco Soler en medio campo, el dinamismo del francés Sergio García en la media punta y la veteranía que aportaban Pedraza y Marina en medio campo daba la impresión de que sería suficiente para vivir, por lo menos, una temporada tranquila. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

La Liga arrancó con un empate a cero en Oviedo, pero a partir de ahí se torció. Tras cuatro derrotas consecutivas sin haber podido marcar un solo gol el equipo se plantó en la quinta jornada con la necesidad de ganar en Tenerife. Y ganó. Ganó 0-1 con un gol de Hassan Nadder, pero el coste fue demasiado alto. A los 23 minutos de partido Jose cayó al suelo gritando de dolor: se había roto los ligamentos. Tuvo que ser operado y ya sólo pudo volver a jugar algunos minutitos en las dos últimas jornadas, pero nunca fue él mismo.

Eso, sin embargo, siendo trágico, no fue lo peor. Al acabar aquel partido en Tenerife había una semana de descanso por compromisos de selecciones. Zaki y Hassan se marcharon a jugar con Marruecos, pero el portero ya nunca volvió. El que había sido santo y seña del mallorquinismo desde 1986, una verdadera leyenda, decidió romper unilateralmente su contrato. ¿Motivos? Se habló mucho de su enemistad con Serra Ferrer, pero la principal razón fue que su esposa, finlandesa de nacimiento pero musulmana confesa, no quería que sus hijos se educasen fuera de la religión islámica. Miquel Contestí intentó por todos los medios a su alcance convencer a Zaki, pero fue imposible. La decisión estaba tomada.

Sin el jugador por el que había pagado 75 millones, sin el portero más importante de su historia, el Mallorca se encontró inmerso en una espiral negativa de la que no supo salir. Molondro tomó el relevo de Zaki y, pese a que el equipo volvió a la Liga con una victoria en Palma ante el Cádiz, no tardó en meterse de nuevo en la boca del lobo. Cuatro derrotas consecutivas le catapultaron a la última posición de la clasificación.

Bodgan Stelea, portero de 24 años, que había jugado con Rumanía el Mundial de Italia 90, llegó al Mallorca previo pago de 650.000 dólares para debutar en la undécima jornada nada menos que en el Santiago Bernabéu. No era un mal guardameta, pero por supuesto salía perdiendo en cualquier comparación con Zaki Badou. Por ahí se produjo una vía de agua que nunca se pudo taponar.

En la novena jornada el Mallorca pasó a ser colista. Nunca pudo mejorar la penúltima plaza en toda la temporada. Sin embargo existía cierto hálito de esperanza porque eran varios los rivales que estaban ahí abajo, a tiro de piedra. El 5 de enero de 1992 ante el FC Barcelonba, desesperado por la falta de gol de Méndez y de Hassan, Serra Ferrer hizo debutar con sólo 17 años a un joven delantero del juvenil llamado Pepe Gálvez. El equipo perdió 1-2, pero dio una muy buena impresión. Sin embargo sólo cuatro días después llegó la puntilla: Miquel Contestí, el presidente que había recogido al club desde la miseria más absoluta en Tercera División, y que había presentado su dimisión en diciembre porque «estaba cansado», abandonó definitivamente el cargo. Ni los ruegos de las peñas ni de la directiva pudieron conseguir que cambiara de opinión. En realidad Contestí se fue porque no estaba de acuerdo en el proceso de obligada transformación en Sociedad Anónima Deportiva que debía llevarse a cabo por orden del Consejo Superior de Deportes en el verano siguiente. No concebía que se permitiera a Osasuna, Athletic, Real Madrid y Barcelona seguir siendo clubes deportivos y se obligara al Mallorca a reconvertirse cuando según sus cuentas su balance económico era correcto.

Contestí trató de convencer al veterano directivo José María Lafuente para que fuera su relevo. El abogado no aceptó y el cargo recayó en el doctor Pau Llabrés, un ferviente defensor de la cantera. Mientras tanto, el hijo de José María Lafuente y el empresario Xavier Cabotà trabajaban en Madrid para llevar a cabo la conversión en Sociedad Anónima Deportiva.

Antes de marcharse Contestí le hizo un último servicio al Mallorca. Se fue a la Banca March y avaló con su firma los fichajes de los serbios Stosic y Milojevic. Vlada Stosic venía del Estrella Roja de Belgrado, campeón de la Copa de Europa, mientras que Goran Milojevic había goleado esa misma temporada con el Mérida. A ellos se uniría el extremo Pinilla, que llegó cedido del FC Barcelona.

Echando la vista atrás y viendo el equipo con el que afrontó la segunda vuelta de la competición el Mallorca, parece imposible creer que no consiguiera salvarse. Tres futuros ampeones olímpicos como Pinilla, Soler y Vidal, un goleador del nivel de Milojevic, un centrocampista de clase mundial como Stosic, un jerarca en la defensa como Fradera, dos extremos de la calidad de Gabi Vidal y el internacional español Álvaro Cervera, que al final de la temporada sería traspasado al Valencia…sin embargo nada de eso fue suficiente y, como os he dicho antes, jamás se pudo pasar de la penúltima plaza.

Pese a todo el descenso pudo haberse revertido en la antepenúltima jornada de Liga porque sólo bajaban directos los dos últimos. El objetivo era saltar a las posiciones de promoción y se hubiera logrado de haber ganado en Sarrià al Espanyol en un partido que perdió 3-2 el Mallorca pese a ir dos veces por delante 0-1 y 1-2. Esa derrota fue decisiva porque, aunque se ganaron los dos últimos encuentros ante la Real Sociedad y el Zaragoza, faltó un punto para alcanzar al Cádiz, con el que además se tenía el golaverage a favor.

En definitiva, una de las temporadas más agitadas de la historia del Mallorca. Pasó a la posteridad por muchos motivos, pero uno de los principales, más allá del descenso, fue por haber sido la última que disputó como club deportivo. A partir del año siguiente, y hasta ahora, lo hizo bajo la vitola de Sociedad Anónima Deportiva.

P.D. Como os dije en el anterior capítulo, en los comentarios podéis proponerme, si queréis, la temporada que os gustaría que analizaramos en el siguiente capítulo.