Historias de 100 años (103): ¿qué pasó en aquel Mallorca-Constància?

Mallorca-Constancia, 20 de mayo de 1945

Por Xesc Ramis

Agustín Cruella Tena, nacido en Barcelona en una fecha indeterminada, había sido volante del España F.C., del barrio de Gràcia de Barcelona, antes de pasarse al mundo del arbitraje. En abril de 1929 debutó en Primera División, en un partido en que la Real Sociedad derrotó por 2-3 al Real Unión de Irún. Fue uno de los árbitros que más nombre tuvieron en su época, por su seriedad e imposición a los jugadores. Su gesto agrio y severo, sus actitudes serias y los castigos inflexibles en la aplicación del reglamento hacían del árbitro catalán un juez temible. Hasta su retirada en la temporada 1946/47, arbitró indistintamente partidos de Primera y Segunda División.

La temporada 1944/45, antes de ese recordado 20 de mayo de 1945, había dirigido un único partido al Constancia, en Es Cós, un Constancia-Real Sociedad que acabó con victoria visitante por 0-2. En el campo de Buenos Aires había sido más habitual su presencia, con cuatro visitas: 1-1 contra el Ferrol, 3-1 al Hércules, 2-3 contra el Ceuta y 2-1 a la Real Sociedad. También había dirigido una vez al Mallorca en la península, en un empate 1-1 en Alcoy.

A falta de un partido para finalizar la competición en Segunda División, el Baracaldo estaba ya descendido a Tercera. El Mallorca ocupaba la segunda plaza de descenso, con 20 puntos. Dos puntos por encima de los barralets se encontraban el Ceuta, el Constancia y la Cultural Leonesa. Quedaba una plaza de descenso por adjudicar y una de promoción de permanencia. El calendario había querido que en la última jornada se enfrentaran el Mallorca y el Constancia en el campo de Buenos Aires. El Mallorca, para no descender matemáticamente, necesitaba superar el 1-0 con que el Constancia había derrotado a los bermellones en el partido que cerraba la primera vuelta. Solo con eso ya dejaba a los de Inca por detrás en la clasificación.

El resto de enfrentamientos de la última jornada eran el Ceuta-Zaragoza (en media tabla) y la Cultural Leonesa-Celta (que se jugaba el poder ascender). La jornada perfecta para el Mallorca era que el Ceuta no perdiera (para evitar encontrarlo en triples empates, pues nos había sacado los 4 puntos en la Liga) y que la Cultural Leonesa perdiera ya que en el caso de un triple empate el Mallorca era quien se salvaba.

Los partidos Constancia-Mallorca se habían convertido en el derbi de la isla. En realidad, desde mediados de los años 30, el Constancia se había convertido en el primer equipo de la isla. Sus resultados, desde ese momento, habían sido mejores que los del Mallorca, llegando incluso a disputar la promoción de ascenso a Primera División en la temporada 1943/44, un hito en la historia del fútbol balear en esa fecha. Y era un partido caliente. Ya en junio de 1943, en un partido amistoso celebrado en el campo de Buenos Aires, se había producido una batalla campal que obligó al árbitro a suspender el partido en el minuto 75. Ese día la batalla acabó con un reguero de sanciones que no dejaban lugar a dudas del triste espectáculo presenciado: multa de 1500 pesetas para ambos clubes, multa de 250 pesetas y 6 meses de suspensión al entrenador del Constancia, José Quirante, por ordenar la retirada de su equipo; multa de 250 pesetas y suspensión por seis meses para el jugador del Mallorca, Manuel Vázquez; multa de 250 pesetas y suspensión por un año para el jugador del Constancia Francisco Pérez; multa de 300 pesetas y suspensión de cuatro semanas para el jugador del Constancia Antonio García; multa de 250 pesetas y suspensión por tres meses al jugador y entrenador del Mallorca, Sebastián Alzamora; multas de 250 pesetas y suspensión por cuatro semanas a los jugadores Marculeta, del Constancia y José Niubó y Fernando Mas, del Mallorca; y multa de 100 pesetas y suspensión por cuatro semanas al portero del Mallorca, Francisco Sureda.

Pues bien, en ese caldo de cultivo llegó el partido del 20 de mayo de 1945. Con todas las localidades agotadas, gente agolpándose en las casas en construcción que rodeaban el campo de Buenos Aires, árboles, postes y cuantos lugares pudiera imaginarse para ver el partido desde fuera del campo; y el partido radiado en directo por Radio Mallorca, empezó la madre de todos los partidos.

El Mallorca, dirigido por Tomás Castro, salió con Ramallets; Mateu, Módol, Mesquida; Grech, Rancel; Giraldós, González Prieto, Juan Albella, Felipe y Pocoví. El Constancia, dirigido por Esteban Platkó, salió con Company; Navarro, Salas, Germán; García, París; Quetglas, Mendoza, Ostolaza, Vergara y Espada. El partido no fue un dichado de virtudes técnicas ni de perfección, si no más bien un partido de fútbol duro, de nervios y de entusiasmo.

Empezó dominador el Mallorca que a los pocos minutos de juego tuvo su primera gran ocasión en las botas de Manolo, que encontrándose solo ante Company disparó a las nubes. A continuación se sacan varios córners y faltas cerca del área inquera que pasan sin peligro. En el minuto 10 se produce la primera incidencia grave del partido; Pocoví y París saltan a por un balón, produciéndose una fuerte contusión en la zona labial acompañada de una conmoción cerebral el jugador del Constancia, que debe abandonar el terreno de juego para no volver a incorporarse. Como quiera que en 1945 no estaban aún autorizados los cambios, el Constancia se queda con diez jugadores para el resto del partido.

Poco después Cruellas se convierte en protagonista por primera vez al anular un tanto al cuadro inquense. La prensa lo define así: “un avance por el ala derecha bien conducido por Vergara, Ostolaza se situó entre los dos defensas del Mallorca y García se anticipó más de lo debido. Acudió a cortar la marcha del interior del Constancia Mesquida y Grech dio un paso hacia adelante, colocando al exterior y al delantero en fuera de juego. Vergara suponemos que previendo la falta, se decidió a tirar de lejos a gol, consiguiéndolo magistralmente, pero siendo anulado el tanto por señalar Cruellas la falta de los delanteros constantes”. Se entiende que la falta era el fuera de juego posicional. Y el diario recalca que no protestaron los jugadores del Constancia. No se había cumplido aún la media hora de juego.

En el minuto 29 se produjo una melé ante la meta de Company que los defensas no consiguieron despejar. El balón fue a parar a los pies de Pocoví quien, muy sereno, cruzó el balón y batió la meta constante por primera vez. Los mallorquinistas empezaron a ver la posibilidad de su salvación con ese tanto. Sin embargo fueron los de Inca los que pusieron, por unos minutos, cerco a la meta mallorquinista tras el gol encajado. Así, poco antes del descanso el portero mallorquinista Ramallets fue castigado con un tiro libre indirecto desde dentro del área por “un saque de manera irregular y poco correcta”. Los once jugadores del Mallorca se situaron sobre la línea de gol, pero el saque fue efectuado con muy poca pericia y el balón acabó en las manos de Ramallets. El partido llegó al descanso con victoria mallorquinista por 1-0.

Escaso fútbol y mucho ímpetu marcaron el inicio de la segunda parte. Pocoví y Giraldós ponen en aprietos la portería del Constancia pero un Company muy acertado evapora el peligro. Con el paso de los minutos el Mallorca empieza a atribularse y el Constancia, al que le sirve la derrota mínima, consigue serenar mejor su juego y, aún con un jugador menos, controlar el partido. Es en esa fase del partido cuando Cruellas anula el segundo gol de la tarde al Constancia. La crónica consultada únicamente refleja que “García marca un gol que es anulado por fuera de juego”.

En el minuto 76 el árbitro Cruellas vuelve a ser protagonista al expulsar al jugador mallorquinista Rancel, por protestar una decisión arbitral. De esta manera, se igualan las fuerzas y ahora el partido es un diez contra diez. El Mallorca sigue necesitando un gol para salvarse.

Y así está muriendo el partido cuando en el minuto 89 en un avance por el ala derecha del Mallorca el balón es servido por Felipe al corazón del área inquense. Parece que es un balón fácil para el portero del Constancia Company, pero Juan Albella se lanza a medir la carrera con el portero por alcanzar el balón, llegando a tocarlo primero el delantero bermellón hacia la izquierda de Company. El balón, a cámara lenta, se dirige hacia la portería del Constancia y, el intento desesperado de Salas por despejarlo no llega a ser efectivo, pues tan solo alcanza el balón cuando éste ya ha entrado en la portería. Así fue como el Mallorca consiguió el gol más importante de su historia hasta ese momento (tal vez junto al del delantero Juan Morales en Elche en 1944).

Ese 2-0 certificó la permanencia del Mallorca y el pase a disputar la promoción de permanencia en Segunda División para el Constancia, favorecidos ambos por la derrota de la Cultural Leonesa ante el Celta por 1-2. Finalmente, el Constancia no pudo mantener la categoría y, ese 20 de mayo de 1945, el fútbol balear cambió de dominador. El Mallorca obtuvo la hegemonía, una posición que, ha mantenido desde ese momento con la excepción de la temporada 79/80 en que la S.D. Ibiza fue quien poseyó tal galardón.

3 Responses

  1. Darreis dice:

    Ahora entiendo a la señora de.. https://youtu.be/S7UM5zdPGpc
    Siempre me preguntaba a qué partido se refería, gracias!

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  2. Nichiporuk dice:

    Hegemonía hasta 1979 no exactamente. En la temporada 1955-56 los equipos que se clasificaron para la fase final de la tercera división fueron el Atlético Baleares y la Unión Deportiva Mahón, que había eliminado al Real Mallorca: 5-1 en Palma, 5-1 en Maó, y 2-1 en el desempate en Ciutadella.

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  3. Mallorquin91 dice:

    Muchas gracias por escuchar mi petición