2-2. Valjent-Raíllo: ¡¡cómo se os echa de menos!!

Oviedo: Femenías (1), Nieto (2), Arribas (1), Bolaño (1), Mossa (0), Javi Mier (1), Jimmy (1), Viti (1), Nahuel (1), Rodri (1) y Blanco Leschuk (2). Obeng (1) por Rodri (73′); Teguia (s.c.) por Viti (86′); Carlos Hernández (s.c.) por Nahuel (90′).

Mallorca: Reina (1), Sastre (2), Sedlar (0), Russo (1), Oliván (1), Baba (0), Galarreta (2), Febas (0), Antonio Sánchez (1), Lago Júnior (2) y Abdón (1). Amath (1) por Febas (53′); Fran Gámez (1) por Oliván (56′); Álex Alegría (s.c.) por Abdón (86′)

Árbitro: Trujillo Suárez (1). TA Abdón, Galarreta (quinta amarilla, no jugará ante Las Palmas).

Goles: 0-1. M.15: Lago Júnior; 0-2. M.20: Sastre; 1-2. M.43: Javi Mier; 2-2. M.68: Arribas

Más allá de la calamidad arbitral el último partido del año pasado ante el Fuenlabrada ya delató lo que Cúper definió con acierto en su día como «errores groseros». Hoy en Oviedo se han confirmado. El Mallorca con Valjent y Raíllo es un equipo inaccesible en defensa; si no está uno de los dos empiezan los problemas; si ya los que faltan son ambos, mejor dejarlo correr.

En el Carlos Tartiere se han esfumado dos puntos que a los 20 minutos parecían encarrilados. No pasa nada porque es algo que puede suceder. Hay un contrario que juega y el Oviedo ha sido un enemigo muy digno. Lo que ya es más preocupante son las facilidades en defensa que ha dado el equipo, muy lejos de la imagen de solidez que había ofrecido hasta ahora. Las ausencias de Valjent y Raíllo explican el bajón, pero la mala forma en la que está Baba empieza a ser preocupante. El ghanés es una sombra del jugador que había maravillado la pasada temporada y hay que recuperarlo cuanto antes porque es el único centrocampista defensivo de la plantilla. Ahí tiene trabajo el entrenador.

LGP también debe volver a conseguir que el Mallorca muerda en defensa. Hoy valen las excusas de las ausencias y del mal estado del terreno de juego, pero son cinco goles encajados en dos jornadas y eso ya es más serio. Para pelear por el ascenso directo es esencial echar el candado en la portería.

Paradójicamente la primera oportunidad del partido fue carbayona, en un centro lateral de Mossa que Blanco Leschuk cabeceó fuera a los 13 minutos. En el banquillo Ziganda sonrió buscando la complicidad de su ayudante, satisfecho del buen inicio de su equipo. Estaba lejos de imaginarse que el Mallorca le helaría para siempre su mueca sólo siete minutos más tarde.

Todo comenzó a los 14 minutos con un rechace que cayó a los pies de Galarreta, cuya respuesta fue un trallazo al poste. El balón regresó con violencia al terreno de juego y el Oviedo quedó tan desorientado que no supo qué hacer con él. En la jugada siguiente Sastre ensayó un pase largo desde el lateral y Mossa cometió un pecado mortal, cabecear hacia atrás sin mirar. Lo que era un despeje se convirtió en un pase de gol que no desaprovechó Lago Júnior, que resolvió ante la salida de Femenías con un toque sutil.

Tendido sobre la lona, el Oviedo pidió un tiempo muerto para recuperarse del golpe, pero el Mallorca olió la sangre y no tuvo piedad. A los 20 minutos Lago dejó de frente para la llegada de Sastre y el mallorquín soltó desde fuera del área un disparo inapelable a la escuadra. Todo un golazo para dejar el resultado muy encarrillado sin haberse consumido ni siquiera la primera media hora de juego. Ni siquiera en sus mejores sueños pudo imaginar LGP un paisaje semejante.

El Oviedo se resistió a entregar las armas y se fue arriba derrochando corazón. El Mallorca desapareció en ataque y el resto de la primera parte fue asturiana. Javi Mier despistó a Blanco Leschuk y su roce con el balón impidió que el argentino rematara a bocajarro y más tarde Rodri, tras driblar a Reina, acabó disparando a la base del poste. Finalmente, al borde del descanso, una falta muy lejana se defendió mal y Javi Mier tuvo oportunidad de rematar cruzado en el área para batir a Reina y devolver la incertidumbre al marcador.

LGP no pudo resolver la pájara de su equipo en el intermedio y el Oviedo rozó el empate en varias ocasiones tras la reanudación. Visto lo visto, el banquillo tuvo que reaccionar. Un de nuevo inoperante Febas se fue al banco y Amath apareció para ganar en velocidad y presencia por la banda. El relevo surtió efecto y, poco a poco, el Mallorca fue recuperando el balón. A los 64 minutos Galarreta botó una falta, Russo emergió en el centro del área y Femenías tuvo que volar hacia la escuadra para evitar que el cabezazo del argentino se convirtiera en el 1-3. Todo hacía indicar que se había restablecido la dinámica de los 20 primeros minutos de partido.

Lamentablemente no era así. Tal y como en la primera parte se había pasado del 1-0 al 0-1, ahora del 1-3 se pasó al 2-2 porque cuatro minutos después Nahuel botó un córner y Arribas, anticipándose a Galarreta (¿qué hacía alguien de su estatura marcando a un defensa central), cabeceó a la red con toda comodidad.

El Oviedo tuvo hasta el final la ambición necesaria para perseguir el 3-2. Con el Mallorca desaparecido en ataque, hasta el pitido definitivo del árbitro flotó por ahí el peligro de que Blanco Leschuk acabara marcando. Fue Obeng el que tuvo el gol, pero su cabezazo topó en el travesaño y dejó a los de Ziganda sin el premio gordo. No es un mal punto para los de LGP, que empatan con el Espanyol en la primera posición con el Almería soplándoles en la nuca. Está claro que aquí nadie regala nada, pero por fortuna la próxima semana ante Las Palmas volverán a estar en su puesto tanto Valjent como Raíllo.