Lo último del Lluís Sitjar es de película de Benny Hill

Me había propuesto aparcar la polémica del Lluís Sitjar hasta después del partido ante el Barcelona, pero esto os lo tengo que contar porque es digno de Benny Hill. Es la demostración definitiva de la inutilidad absoluta de la clase política que rige Baleares. Atentos porque vais a alucinar.

¿Veis la antigua puerta del Lluís Sitjar? ¿Veis el solar que hay a la izquierda? Bueno, pues resulta que este inmueble, que tiene aproximadamente 2.000 metros cuadrados, es edificable. Es decir, se pueden construir pisos. ¿Qué pasa si os digo que este solar forma parte de todo el conjunto del Lluís Sitjar? Pues así es, y su precio de mercado, tirando por bajo, ronda los 2,5 millones de euros.

Hace muchos, muchos años, el Ayuntamiento expropió parte del Lluís Sitjar para construir la calle Gómez Ulla, actualmente llamada Ramón Picó i Campanas, pero por un error administrativo -o lo que sea- la propiedad no quedó segregada, sino que formó una única finca registral pese a que existan dos referencias catastrales diferentes. Traducido al cristiano: si vas al registro te encuentras con que el Lluís Sitjar no sólo es el antiguo campo de fútbol, sino también este solar vacío, que a diferencia del estadio sí es edificable.

Ahora viene lo bueno. El/los que confeccionaron la oferta de Cort a los copropietarios se «olvidaron» de incluir el segundo inmueble, detallando específicamente en el decreto la superficie correspondiente al Lluís Sitjar. En consecuencia la oferta es totalmente nula ya que el Ayuntamiento no puede adquirir un terreno que ni siquiera ha tasado. En definitiva, que ni se molestaron en acudir al registro de la propiedad para confirmar qué era lo que estaban intentando comprar. A mí personalmente me aterra que alguien de semejante nivel de incompetencia pueda estar al frente de la ciudad.

Quiero interpretar que estamos hablando de un error, porque si pensáramos mal podríamos estar incluso hablando de una estafa. ¿Por qué? Porque aquel que hubiera aceptado la oferta de Cort con buena fe le habría entregado al Ayuntamiento no sólo su propiedad sobre el Lluís Sitjar, sino también, sin saberlo ni haber sido informado, ese solar que, como os decía antes, vale por lo menos 2,5 millones de euros. Insisto, no creo que se haya hecho de mala fe, pero da que pensar que se cometa una negligencia semejante.

Ahora volvemos a empezar porque hay que segregar la propiedad y modificar el registro, por lo que estamos hablando mínimo de varios meses más. En definitiva, la historia de nunca acabar pero, ahora, con una ineptitud elevada al cubo.