2-3. «¡¡Esto es un circo!!»

Hago buenas las palabras de Jordi Mboulá que captaron los micrófonos en la primera parte para definir lo que ha sido el partido que ha puesto fin a la increíble racha de imbatibilidad del Mallorca. Está claro que algún día tenían que ponerse en contra las circustancias, pero hoy se han reunido todas las calamidades a la vez, comenzando por la lesión a última hora de Valjent, que ya era un mal presagio. El peor encuentro de Reina desde que viste la camiseta rojilla, un rosario de errores defensivos desconocidos en un equipo perfecto en esta faceta, un exceso de ansiedad y, sobre todo, por encima de cualquier otra cosa, un arbitraje desquiciante. Iglesias Villanueva ha completado una actuación vergonzosa que ha sido decisiva en el resultado final. Supongo que Vicente Moreno ha conseguido lo que llevaba semanas buscando con sus declaraciones. Si su Espanyol le gana hoy al Almería volverá recuperar el liderato.

El partido ya arrancó mal, con un error de Reina en el despeje que le permitió marcar a Pulido a placer. Empató muy pronto el Mallorca por medio de Abdón, pero el árbitro impuso su criterio al VAR, que dio validez al gol, y lo anuló por presunta mano de Raíllo más que discutible. Sin embargo el equipo no se vino abajo y cuatro minutos más tarde, en el 20, Cufré estuvo atento y remató cruzado al fondo de la red tras un mal despeje de la defensa.

El 1-1 pareció ser la puerta de entrada a la remontada, pero desde ese momento Iglesias Villanueva impuso su ley. Primero expulsando de manera muy exagerada a Cufré y más tarde, en el 45, ya en el colmo, mandando al vestuario a Raíllo tras mostrarle dos tarjetas seguidas. Sin duda el cordobés se fue de la lengua, no es la primera vez, pero un árbitro con un mínimo de experiencia se da la vuelta y se va de la jugada, no se queda mirando con cara de desafío al jugador, sobre todo si ya has expulsado a un futbolista de ese mismo equipo. Además, entre las dos tarjetas rojas el Fuenlabrada se había adelantado de nuevo en un error defensivo tras un disparo de Ibán Salvador.

Tirando de heroica el Mallorca, con nueve, empató a dos en el minuto 53 tras un cabezazo de Abdón -la cara del árbitro, aguantando mientras el VAR revisaba la jugada, fue toda una declaración de intenciones-, pero hoy no era la tarde de Reina y poco después despejó muy mal y el rechace lo remató Damián al fondo de la red.

Incluso así tuvo el 3-3 el Mallorca en un disparo a bocajarro de Antonio Sánchez al travesaño y en otro de Abdón que le salió muy centrado, pero estaba claro que hoy no iba a acompañar ni siquiera la suerte. No podía acabar peor este maldito 2020, pero lo bueno es que pase lo que pase mañana en el Espanyol-Almería el Mallorca va a entrar en 2021 en ascenso directo. Eso sí, ojalá que a Iglesias Villanueva ya no se le vuelva a ver por aquí.