Orígenes del fútbol balear: Gaspar Moner (8)

Gaspar Moner, en su etapa de estudiante.

Cualquier aficionado mallorquinista mínimamente interesado en su historia sabe que el primer presidente electo del club fue el médico Antoni Moner Giral, que accedió al cargo tras las elecciones celebradas el 14 de abril de 1916 en las que Adolfo Vázquez Humasqué le entregó el testigo de la presidencia que él había ejercido durante un mes de forma provisional. Antoni Moner fue, de hecho, el gran dinamizador del proyecto, y el verdadero responsable de la manutención y crecimiento del recién nacido Alonso XIII.

Antoni Moner es uno de los personajes claves de la prehistoria del Real Mallorca, pero su afición por el fútbol no surgió de modo espontáneo, sino gracias a la poderosa influencia que ejerció sobre él su hermano Gaspar, cuatro años mayor. Gaspar fue el primer gran futbolista de la historia de Baleares, aunque lamentablemente su incipiente y corta carrera discurrió esencialmente en Barcelona como miembro de la plantilla del Espanyol, equipo en el que comenzó a jugar en 1901, a la edad de 19 años. Gaspar Moner fue también uno de los once jugadores del España que el uno de enero de 1903 jugaron ante el Barcelonés, en el velódromo de Son Españolet, el primer partido de fútbol documentado de la historia de Mallorca. Pero Gaspar Moner fue, además, un personaje muy singular.

Gaspar Moner nació en Cuba en 1882 como primogénito del matrimonio formado por Antoni Moner Alemany y María Dolores Giral Benimelis, aunque ella se hacía llamar Mercedes. Cuatro años después llegó a este mundo Antoni Moner, que nació en Palma, y años más tarde la familia se completó con una niña que fallecería poco después. Antoni Moner Alemany y María Dolores Giral eran propietarios de una plantación de azúcar en Cuba, en el departamento de Regla, y su posición económica era envidiable. Sin embargo durante la última de las guerras entre Cuba y España unos fugitivos se refugiaron en sus plantaciones y el general mallorquín Valeriano Weyler, que había sido nombrado capitán general de Cuba en 1896, tomó la decisión de prender fuego al lugar para localizar a los revolucionarios cubanos.

Privada de su principal fuente de sustento económico, la familia Moner regresó a España. Primero vivieron en Barcelona, donde Gaspar comenzó sus estudios de ingeniería, y más tarde se establecieron en Palma, en Ses Carasses. El 3 de marzo de 1901, según una información recogida por la revista «Los Deportes», descubrimos a Antoni Moner formando parte del Club Español, denominación que adoptó la entidad perica a partir de enero de ese año, con apenas unos meses de existencia. Dado que los primeros partidos de la historia del Español datan de noviembre de 1900, es fácil suponer que Gaspar Moner fue uno de sus primeros jugadores.

A Gaspar el foot-ball pronto le entusiasmó tanto que descuidó sus estudios en Barcelona, lo que propició que su padre decidiera mandarle a un colegio suizo con el objeto, además, de que aprendiera alemán. Sin embargo la experiencia fue un fracaso porque a lo que se dedicó Gaspar durante el curso que permaneció en Suiza fue a enseñarle a sus compañeros a jugar a ese nuevo deporte que tanto le gustaba.

Gaspar Moner regresó a Barcelona en 1902 para comenzar sus estudios de ingeniería, pero pronto se unió de nuevo al Español, con el que jugaría hasta 1905. Sin embargo, en enero de 1903, aprovechando las vacaciones de Navidad, no dudó en aceptar la oferta de José Oliver Bauzá, a quien había conocido en el Club de Polo de Barcelona, de reforzar al España en el primer partido de fútbol documentado de la historia de Mallorca. El foot-ball digamos que, «serio», estaba a punto de llegar a la isla, y Gaspar Moner iba a jugar, al igual que José Oliver Bauzá, un papel capital en su despegue.

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