Mallorca-Barcelona: bajo el embrujo de los 21 años del Lluís Sitjar

Nada es imposible en el fútbol. Ni siquiera la gesta más insospechada escapa de la intervención del libre albedrío. Una noche afortunada, un jugador tocado por los duendes o, quizás, simplemente el hecho de que el Barcelona de Quique Setién tampoco ofrece las garantías que se le suponen a su condición de líder. Ojo a este dato: el Barça ha ganado sólo uno de sus cinco últimos partidos de Liga fuera de casa, y durante este intervalo el Espanyol, colista, le arrancó un empate en Cornellà. ¿Por qué no hoy?

Existe además otro hilo de esperanza al que agarrarse, éste quizás más esotérico, pero sin duda cargado de simbolismo para el mallorquinismo. Esta noche, esta misma noche, se cumplen 21 años del último partido jugado por el primer equipo en el Lluís Sitjar. Aquel día ganó 2-0 al Celta de Karpin y Mostovoi, se aseguró la Champions y Stankovic cerró con letras de oro la historia de 54 años de existencia del viejo estadio con un golazo maravilloso tras la ejecución de una falta que sacó telarañas de la escuadra que defendía Pinto (curioso, luego ficharía por el Barça).

Por supuesto también encontramos motivos para ver el vaso medio vacío. El Barça viene al completo, con Luis Suárez recuperado, y no ha habido vez que Messi no haya ganado en sus visitas a Son Moix. Además, nos queda el recuerdo de la humillación a la que fue sometido el Mallorca en el primer tiempo del partido de la primera vuelta en el Camp Nou. Pero cada partido es diferente y con toda seguridad el de hoy no tendrá nada que ver con ese último antecedente.

El Mallorca ha citado a todos los jugadores disponibles y mantiene bajo siete llaves el estado físico de los futbolistas con molestias. Dando por segura la baja de Lumor -aunque ojo porque no es oficial- habrá que ver por qué opción se decide el entrenador. Gámez y Sastre parecen los candidatos más plausibles, pero ojo que hay otras soluciones. De todos modos, dado que la Liga permite la presencia de hasta 23 jugadores en la convocatoria, no me extrañaría ver sentados en el banquillo a los juveniles Luka Romero y Obrador.

Será a las diez, por megafonía sonará la animación del día del ascenso ante el Deportivo y, si la memoria no me falla, será el primer partido sin público de la historia de Son Moix. Hace once años que no pierde el Barça en Palma, pero personalmente no me parece imposible que esa racha se corte hoy. Es más, igual luego me estrello, pero a estas horas le tengo bastante fe al Mallorca.