¿Os gusta Agatha Christie? ¿Quién es S.M.?

A mí mucho, porque ya soy un carroza. He disfrutado mucho con Hércules Poirot, pero en las dos novelas que más me fascinan no aparece el detective belga. Me parece imposible adivinar la identidad del asesino en «El espejo se rajó de parte a parte», y el giro final de «La casa torcida» es sencillamente prodigioso.

En cualquier caso Agatha, a la que le gustaba por cierto visitar Mallorca -solía venir en hidroavión, en la base que existía a los pies de las atarazanas-, era maestra en el arte del engaño. Conseguía que diéramos algo por hecho y en el último momento nos desmontaba por completo. El mérito es que encajasen todas las piezas, y en sus novelas lo hacían con la precisión del más perfecto engranaje.

Es probable que la problemática de Vicente Moreno y el Mallorca se solucione de un momento a otro mediante un acuerdo que le permita fichar por el Espanyol y, en consecuencia, dé a Ortells luz verde para hacer público el pacto que tiene establecido desde hace semanas con Luis García Plaza (aunque en las últimas horas ha surgido la más que atractiva opción de Calleja).

«Fue un asesino que debió subir al tren en Belgrado, que robó luego una chaqueta de revisor y finalmente apuñaló a Ratchett mientras dormía. Esa es la solución sencilla», les dice Hércules Poirot a los pasajeros del Orient Express.

«¿Es que acaso hay alguna otra?», se atreve alguien ingenuamente a preguntar.

«Sí, sí que la hay, pero recuerden la primera cuando les cuente la segunda», responde Poirot.

También aquí hay una segunda respuesta mucho más aviesa y enrevesada. Una respuesta que seguramente nos llevará al mismo desenlance, pero cuyo desarrollo revela claves que pueden ser decisivas para lo que nos espera a lo largo de la temporada.

El acróstico clave en esta historia es S.M. Tras estas iniciales se oculta nuestro particular William Mark Felt. Ha costado encontrarle, pero al fnal ha aparecido. S.M. es quien filtra tanto el destino de Vicente Moreno como la identidad de su sustituto. ¿A quién? A alguien que en el pasado vistió la camiseta el Mallorca, con la suficiente cercanía personal a dos medios concretos que, por supuesto, hacen exactamente lo mismo que hubiera hecho yo si hubiera tenido la oportunidad: divulgar la noticia.

Lo único que no tengo claro es si el chivatazo de S.M. obedece a una indiscreción o si hay algo más profundo. ¿Actuó S.M. por indicación de alguien? ¿Por qué lo hizo exactamente en la víspera del Mallorca-Granada? Si la respuesta es la segunda estamos ante un caso muy grave, gravísimo, porque lo que se buscaba era erosionar la imagen de Vicente Moreno y meter una carga de profundidad en el vestuario antes de un partido decisivo. Ojo a un dato clave: si el Mallorca le hubiera ganado al Granada y a Osasuna se hubiera salvado del descenso.

Aún no ha acabado la historia. Incluso no descarto un último giro dramático porque a día de hoy Vicente Moreno sigue siendo entrenador del Mallorca, y con dos años de contrato firmados.