El reto de Ortells: un 9 bueno, bonito y barato

Veo que en algunos de vosotros ha calado el concepto de amortización y proponéis que se fiche a Djurdjevic prorrateando el coste de su traspaso por los años en los que firme contrato. Es decir, que si pagan 6 millones al Sporting repercuta anualmente 1,5 millones en el coste de la plantilla del Mallorca.

La teoría es correcta, pero se os escapa un detalle crucial: su salario. El coste del fichaje sí se puede prorratear, pero lo que cobra anualmente hay que imputarlo directamente sobre el global. Y, sí, es cierto que el salario actual de Djuka en el Sporting sería asequible para el Mallorca, pero lamentablemente sus aspiraciones pasan por superar el millón de euros de ficha, y eso es algo a lo que no se puede llegar aquí.

Uno de los motivos del éxito de estas pasadas temporadas ha sido la unión del vestuario. Es un grupo cohesionado, muy comprometido, y en el que no ha habido fisuras. Por supuesto una de las razones de ello ha sido que no ha habido grandes divergencias salariales. Fichar a un jugador con un sueldo muy por encima de la media sería como meter ahí dentro una bomba de relojería.

El Mallorca planea gastarse en el 9 unos 700.000 euros. Por ese precio delanteros centros goleadores que jueguen en España o en alguna de las grandes Ligas no hay salvo que se trate de alguien ya en el ocaso de su carrera o que ha sufrido una lesión grave y le queda poco tiempo de contrato. En consecuencia, como os contaba ayer, hay que ir a buscar fuera a alguien que reúna las tres B: bueno, bonito y barato. Ese es el reto de Ortells, el reto que Recio pasó con nota cuando trajo a Budimir o en el que en su día se doctoró cum laude Nando Pons con fichajes como los de Güiza o Aduriz.

Tener un buen delantero centro no es crucial en Segunda (Mallorca y Rayo son el mejor ejemplo), pero es imprescindible en Primera. Si nos fijamos en la nómina de 9 que ha habido esta pasada temporada en la máxima categoría veremos que cada equipo tenía ahí arriba por lo menos a un jugador diferencial. Por eso hay que acertar como sea en este fichaje, pese a que haya pocos recursos, porque puede ser la línea que delimite la diferencia entre el éxito y el fracaso.