4-1. Qué rabia!!! Pero qué rabia!!!

Real Madrid: Courtois (1), Lucas Vázquez (1), Rudiger (1), Alaba (1), Mendy (1), Kroos (1), Valverde (2), Ceballos (2), Rodrygo (3), Hazard (0) y Vinicius (2). Modric (1) por Hazard (59′), Nacho (1) por Mendy (59′), Camavinga (1) por Ceballos (68′), Carvajal (1) por Lucas Vázquez (70′)

Mallorca: Rajkovic (1), Maffeo (2), Valjent (2), Raíllo (2), Nastasic (1), Jaume Costa (2), Galarreta (2), Dani Rodríguez (1), Battaglia (1), Kang (2) y Muriqi (3). Baba (1) por Battaglia (53′), Grenier (1) por Dani Rodríguez (59′), Antonio Sánchez (1) por Galarreta (59′), Lago Júnior (1) por Kang (77′), Abdón (1) por Muriqi (77′)

Árbitro: Figueroa Vázquez (1). TA Mendy, Valverde, Alaba, Maffeo, Nastasic, Raíllo, Valjent, Antonio Sánchez

Goles: 0-1. Min.34: Muriqi; 1-1. Min.45+3: Valverde; 2-1. Min.72: Vinicius; 3-1. Min.88: Rodrygo; 4-1. Min.92: Rudiger

Perder así da rabia. Da mucha rabia. Lo dijo en su día Gregorio Manzano y lo suscribo totalmente: «cuando juegas en el Bernabéu pasan cosas. Y siempre favorecen al Real Madrid». Así ha sido hoy. El 1-1 llegó en la prolongación y fue totalmente evitable mientras que el 2-1 se produjo en el primer disparo blanco entre los tres palos en la segunda parte instantes después de que el Mallorca hubiera fallado una ocasión increíble para lograr el 1-2. Una ocasión que seguramente va a perseguir durante mucho tiempo al centrocampista mallorquín.

El arranque del Mallorca en el Bernabéu fue fulgurante. Muriqi le tiró un sombrero a Rudiger y obligó a Courtois a emplearse a fondo para evitar el 0-1. Fue toda una declaración de intenciones de un equipo que no había venido al Paseo de la Castellana a ser humillado. Justo todo lo contrario.

El Madrid no tardó en recuperar el dominio del partido, pero de manera artificial porque la línea defensiva de Aguirre les dejó con los disparos de larga distancia como único recurso. Ninguno llevó peligro real, pero el que sí hizo barraca a los 34 minutos fue Muriqi, que aprovechó un saque de falta de Kang para cabecear en el segundo palo a la red y colocar en el marcador un 0-1 espectacular.

El resultado puso muy nervioso a los de Ancelotti, que lo siguieron intentando pero sin argumentos de verdadero peligro. El 0-1 parecía definitivo en el primer tiempo, pero casi a los 48 minutos Valverde recibió un balón en el propio campo del Real Madrid que no revestía la menor importancia. Sin embargo Battaglia se desentendió por completo de la marca del «pajarito», que cruzó en solitario 52 minutos hasta que, en el borde del área, soltó un zurdazo a la escuadra imparable para Rajkovic. Una verdadera lástima porque el 0-1 estaba ya en el bolsillo. Es difícil entender, si no es a causa del problema físico que luego le retiró del partido, lo que hizo Battaglia en esa jugada.

El argentino empezó la segunda parte junto al resto de sus compañeros, pero aguantó menos de 10 minutos en el campo. Se arrojó al suelo quejándose de molestias musculares y le reemplazó Baba, que se situó un par de metros más atrás que Battaglia para cerrarle aún más espacios a un Real Madrid que de nuevo se encontró enfrente con un muro que no podía superar.

Fue entonces cuando llegó una jugada que seguramente dejará esta noche sin dormir a muchos mallorquinistas. A los 64 minutos Grenier llegó hasta la línea de fondo y retrasó el balón para que Antonio Sánchez en el área pequeña, con todos sus compañeros y el banquillo celebrando por anticipado el 1-2, disparara fuera.

Fue la clave del partido. Perdonar así en el Bernabéu siempre tiene castigo. A los 72 minutos Rodrygo condujo el balón hasta el área y allí Vinicius, tras regatear a Valjent, resolvió suave ante Rajkovic. Del 1-2 al 2-1. Así es el fútbol.

Ahí se acabó el partido porque, por motivos que me cuesta muchísimo entender, Aguirre sacó del campo a Muriqi y Kang In Lee en el minuto 77. Pasar de atacar con el coreano y el kosovar a hacerlo con Lago Júnior y Abdón tiene poco sentido, pero el mexicano sabrá lo que hace. Por supuesto quien salió beneficiado fue el Madrid, que en el 88 sentenció el resultado tras un jugadón de Rodrygo y luego lo redondeó con otro de Rudiger en el descuento. Es increíble haber salido goleado del Bernabéu tras un partido así. Increíble.