¿Qué hay que hacer con Rubiales?

Si habéis estado dentro de un vestuario de fútbol tras haber ganado algo importante ya sabéis que las muestras de efusión se disparan hasta límites que en condiciones normales serían inapropiados. Yo desconozco cuál es el nivel de complicidad que existe entre Rubiales y Jennifer Hermoso, y creo que esa es una clave muy importante en este asunto, pero lo que es evidente es que en un palco existe un protocolo y un respeto hacia el prójimo y el presidente de la Federación se lo ha pasado por los genitales y nunca mejor dicho. Y no sólo ha sido esta escena. A mí ver este pájaro tocarse las partes íntimas como si fuera un hooligan desbocado me provoca vergüenza ajena.

Voy a ser claro. Si lo que hizo Rubiales con Jenni Hermoso fue espontáneo este individuo debe ser despedido mañana mismo. Si ésta es una actitud habitual entre los dos, sea por lo que sea  -y eso es algo que pertenece a su intimidad- es otra cosa. Me cuesta mucho creer que alguien esté tan chalado como para darle un pico a otra persona sin que tenga la certeza de que va a ser bien recibido. Salvando millones de veces las distancias, difícilmente Casillas hubiera abordado a Sara Carbonero tras la final del Mundial 2010 si no hubiera estado seguro de lo que estaba haciendo.

Jenni Hermoso ha hablado hoy por primera vez y lo ha hecho de manera difusa. Condenando…pero menos, y dejando claro que habla junto a su «sindicato». Insisto: me cuesta mucho, pero mucho, imaginar a alguien estando tan loco como para coger a otra persona en un palco y plantarle un beso en los morros porque sí. Y ojo que no intento justificar a alguien que hace años ya que me parece un impresentable. Es sólo que creo que no tenemos toda la información.

Voy a poner un ejemplo personal. Tengo un amigo con el que jugué durante más de 30 años con el que me saludo al grito de «com estàs, fill de puta»?, a lo que él me responde «no tan bé com sa teva puta mare». Si alguien externo lo oye seguro que se queda escandalizado, pero ni mi intención ni la suya es ofendernos. Sucede que existe tanta complicidad entre los dos que llegamos a estos extremos.

En cuanto a Rubiales, pocas veces ha visto a sujetos tan indignos como éste. La imagen que dan tanto Tebas como él del fútbol español es lamentable. Ahora bien, la Federación es un ente atávico como pocos y me cuesta creer que vaya a soltarlo por las buenas. Deberá intervenir el Estado, y ahí si que tampoco están para dar lecciones a nadie. Los mismos que ahora se lanzan al cuello de Rubiales -con razón- se han callado como muertos -sin razón- cuando cientos de violadores han salido a la calle y, por supuesto, ni siquiera levantaron la voz cuando la actriz Anabel Alonso se abalanzó en un programa de Masterchef a por Jordi Cruz besándole en los labios con tanta violencia que el propio afectado no puede disimular lo a disgusto que se encuentra. O todos moros o todos cristianos.