Toni Amor, premio a una vida de trabajo

Doce años picando piedra, desde que en 2010 se marchó del Mallorca a la llegada de Serra Ferrer por voluntad propia. Toni Amor (Palma, 1976) recogerá mañana domingo el fruto a su trabajo debutando como entrenador del primer equipo bermellón, aunque sea de manera circunstancial, como consecuencia de la sanción de dos partidos que le ha impuesto el Comité de Competición a Javier Aguirre. Para empezar tiene un hueso duro de roer, el Villarreal de Quique Setién, y además no podrá contar con los sancionados Maffeo y Raíllo.

No ha sido fácil la carrera profesional de Toni Amor, forjada desde muy joven en el modesto Arenal. Allí le llegó su primera oportunidad y, con sólo 30 años, tomó los mandos del Atlético Baleares, entonces en Regional Preferente. Lo devolvió a Tercera División y fue su rampa de lanzamiento hasta llegar al Mallorca B, en el que fue primero segundo de Jaume Bauzá y luego máximo responsable desde 2007 hasta 2010, en la generación de la que salieron jugadores como Tomás Pina, Sergi Enrich, Tomeu Nadal o los hermanos Castellano.

Tras una breve estancia en el San Francisco, en 2012 recibió una llamada de Emiratos y se marchó al Al-Wasl como director técnico. De ahí al Al-Hilal, al Al-Wahda y al Shabab, coincidiendo con entrenadores como Héctor Cúper y, por supuesto, Javier Aguirre, con el que trabó una amistad que les ha llevado a formar un equipo inseparable, primero en el Leganés y luego en el Monterrey, aunque antes Amor vivió un breve regreso al fútbol balear en el Ibiza y en el Arenal, desde donde le rescató Aguirre en 2019.

Mallorquinista de cuna, Toni Amor siempre soñó con el banquillo del club de su tierra. El domingo lo verá cumplido ante el Villarreal, aunque por supuesto estará pendiente de las órdenes que le dé desde la tribuna Javier Aguirre. Luego llegará el Atlético, ante quien también será el entrenador oficial del Mallorca, pero después regresará a su puesto en la sombra del Vasco, aunque en realidad él es quien ejerce como entrenador de campo en los entrenamientos, mientras Aguirre se dedica a supervisar las sesiones.

Creció entre toboganes acuáticos en Aquacity, a pocos metros del campo de fútbol del Arenal en el que debutó como entrenador. Muchas vueltas ha dado la vida desde entonces, pero ahora le llega por fin el momento de recoger el premio a su trabajo. Se lo ha ganado.

3 Responses

  1. Jasux dice:

    Y jugando de lateral derecho en el Arenal mientras entrenaba a chavales. Él y Óscar Troya (me llegó a entrenar unas semanas antes de dejar el equipo) han sido de todo en el Arenal. Se lo merece por cómo lo ha peleado para estar ahí. Y más siendo vecino.

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  2. Lampros Carioca dice:

    Tener gente de fútbol en el equipo, qué maravilla. Un profesional que seguramente nadie le ha regalado nada, un currante del fútbol que para poder dedicarse a lo que le apasiona, ha tenido que viajar a otro continente y seguramente ha tenido que hacer muchísimos sacrificios; ni le conozco ni sé su historia, pero es de lo que más me gusta de tener a Aguirre de entrenador. Gente de fútbol como Toni Amor le das el Barça actual, y hubieran pasado de grupo en Champions con la gorra y Piqué seguiría jugando a un gran nivel y no se hubiera retirado; pero el fútbol actual es marketing, amiguisimos y «llepaculismos». Bien podría convertirse en el próximo Tomeu Llompart. Ojalá este «premio» no sea el único que le venga y gane al Villareal.

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  3. Urbais dice:

    Yo me alegro mucho por el. Nadie le ha regalado nada. Aguirre no es tonto y si lleva tantos años contando con el es por algo

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